La Construcción de un arte nuevo.



Carpani en su libro anteriormente citado, Arte y militancia, aborda intensamente el tema de la realización de un nuevo arte, y una nueva cultura, el arte debe y puede constituirse en un arma de lucha no violenta, nacional y social.

Los artistas con conciencia de la frustración social y humana tienen la responsabilidad y la obligación de insertarse en forma activa y militante en la lucha concreta y cotidiana de las masas, creando en función de las urgencias de esa lucha.


El arte es una elaboración colectiva, y la creatividad del artista consiste en su capacidad de captarla y expresarla

Carpani se centra en los artistas latinoamericanos, y opina que la conciencia que tienen que asumir es la de que ellos están tan alienados, mutilados y dependientes como cualquier obrero. En mi opinión creo que da igual que sean latinoamericanos, la alienación llega a todo el planeta. Pero esta conciencia no puede ser pasiva, sino que debe imponer al artista una nueva concepción de su actividad y una nueva actitud: una actitud militante, con una voluntad verdadera y efectiva de cambiar la realidad. Para esto debe responder a las necesidades prácticas concretas de la lucha. 



No se trata de imponerla al pueblo con un criterio culturalizado abstracto, un arte que le es totalmente ajeno y en cuya elaboración no ha participado de ningún modo. El arte volver a formar parte activa y expresiva de la realidad total, vuelve a hacerse verdaderamente significativo para las masas y reasume la funcionalidad social que le es inherente y tuvo en otras épocas.

No se trata de reducir el arte a un mero panfleto propagandístico, ni limitar la libertad expresiva del artista. Se trata de revalorizar con sentido humano y revolucionario los medios de comunicación de masas, que tan eficazmente sabe utilizar el sistema con un sentido alienante para el pueblo.




Podemos desmitificar el arte como patrimonio exclusivo de individuos excepcionales, especialmente dotados y generalizar en la experiencia práctica la convicción de que la posibilidad creativa es inherente a cualquier ser humano.